En un mundo tan avanzado tecnológicamente
resulta increible los enigmas sin resolver que nos rodean. Lugares de leyenda,
mundos y seres mitológicos, apariciones inexplicables, descubrimientos
terroríficos, misterios que nos apasionan.

Acércate al blog que se adentra en
el lado más oscuro de la dimensión humana.....






jueves, 8 de noviembre de 2007

Belchite: los lamentos de la guerra

Belchite es un pueblo que fue abandonado tras las duras batallas de la Guerra civil española por orden del bando vencedor. Durante décadas permaneció igual que cuando los vecinos se trasladaron al nuevo emplazamiento. Pero... ¿seguro que no hay nadie en Belchite?
Hay investigadores que creen que algo quedó en suspenso en el aire del pueblo y aún hoy puede registrarse en magnetofones y grabadoras. Voces que cantan, insultan, piden ayuda...otras veces se escuchan aviones, sonidos de balas...Son los lamentos de la guerra.
El pueblo se encuentra al sur de la provincia de Zaragoza, a uno cuarenta kilómetros de la capital. Su historia se remonta al siglo II a. C, pero a pesar de su larga trayectoría, es conocido por la cruenta batalla que se dió en sus inmediaciones y en el mismo pueblo durante la Guerra Civil española (1936-1939). Era un lugar estratégico en el que los dos bandos centraron sus esfuerzos de cara a la conquista de Zaragoza y el dominio del Norte del País. Se encontraba bajo dominio "nacional" y fué rendido por Franco el 3 de septiembre de 1937. Se calcula que más de seis mil personas murieron en sus calles. Incluso se afirmaba que se hacían barricadas con los cadáveres.
A la conclusión de la Guerra, el General Franco quiso mantener el recuerdo de Belchite manteniendo las ruinas y construyendo un pueblo nuevo. Además, concedió a las ruinas la Cruz Laureada de San Fernando.
En 1986, un equipo dirigido por Carlos Bogdanovich, de Radio Heraldo de Aragón, pasó una noche en las ruinas de Belchite. Recogieron multitud de psicofonías. Se cree que después de tanto sufrimiento algo quedo impregnado en el ambiente. Esos sonidos no se escuchaban en el momento de la grabación, sino después al revisar la cinta. Sobre todo sonidos de ambiente, aviones sobrevolando, baterías antiaéreas. El sonido de la guerra.
Son múltiples las psicofonías grabadas. "rojo al suelo", "no hay más que una vida", "rendíos"....
En la actualidad es centro de atención para investigadores y curiosos y se hace necesario una actuación de la administración para que el pueblo no se siga deteriorando más. Es un símbolo de lo que no se debe volver a repetir.


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