Entre 1764 y 1767, más de 120 personas, mujeres y niños principalmente, fueron terriblemente asesinados a dentelladas por una extraña bestia. Todo ocurrió en la región montañosa del Gévaudan, en el centro de Francia, y nadie logró resolver el enigma a pesar de las insistentes batidas y de las cuantiosas recompensas que ofrecía el Rey. La bestia del Gévaudan pasó a formar parte de la mitología del país.
Lo cierto es que la bestia atemorizó a la población de Aveyron y quebrantó la autoridad de Luis XV, convirtiéndose en un asunto de Estado.
Cazadores de toda Francia atraídos por la generosa recompensa que se ofrecía por su piel, trataron de cazar a lo que se intuía podía ser un enorme lobo. El pueblo pensaba que era el mismo demonio.
Lo cierto es que la bestia atemorizó a la población de Aveyron y quebrantó la autoridad de Luis XV, convirtiéndose en un asunto de Estado.
Cazadores de toda Francia atraídos por la generosa recompensa que se ofrecía por su piel, trataron de cazar a lo que se intuía podía ser un enorme lobo. El pueblo pensaba que era el mismo demonio.
Solía arrancar de un solo bocado la cabeza de las víctimas, lo que nos da una idea de la fuerza de su mandíbula. En un año se había cobrado 54 víctimas. El monarca alarmado decidió enviar a los "dragones", que formaban la élite del ejército real.
El jefe de las tropas quedo asombrado al ver a la bestia, según su descripción era casi tan grande como su caballo pero infinitamente más rápida y ágil, tras tratar de abatirla a disparos sintió que las balas no eran capaces de traspasar su piel.
Otras descripciones la retrataban como un enorme lobo de aspecto extraño, con el lomo rayado y una línea negra que le recorría desde el cuello hasta la cola, el color de su cuerpo era rojizo, con el morro afilado, una cola muy larga y fuerte y extraordinariamente móvil y con unas fauces desmesuradas. Las tropas del Rey no solo tenían como rival a la bestia, sino a los cazarrecompensas atraídos por el precio que se puso a su cabeza.
El jefe de las tropas quedo asombrado al ver a la bestia, según su descripción era casi tan grande como su caballo pero infinitamente más rápida y ágil, tras tratar de abatirla a disparos sintió que las balas no eran capaces de traspasar su piel.
Otras descripciones la retrataban como un enorme lobo de aspecto extraño, con el lomo rayado y una línea negra que le recorría desde el cuello hasta la cola, el color de su cuerpo era rojizo, con el morro afilado, una cola muy larga y fuerte y extraordinariamente móvil y con unas fauces desmesuradas. Las tropas del Rey no solo tenían como rival a la bestia, sino a los cazarrecompensas atraídos por el precio que se puso a su cabeza.
Expertos cazadores de lobos se trasladaron a la zona, con muy escasos resultados. Muchos lobos murieron sin que ninguno fuera la bestia.
Los clérigos decían que la bestia solo atacaba a las jóvenes más lascivas, los nobles acusaban a los gitanos pues decían que alguna de las bestias de su circo debía haber escapado.
Finalmente la bestia fue cazada y la leyenda cuenta que fue abatida con una bala de plata hecha tras fundir una medalla de la virgen. El monstruo fue llevado ante el Rey, más tarde fue embalsamado y años después sus restos desaparecieron. Era algo parecido a un lobo gigantesco de fauces enormes.
Los clérigos decían que la bestia solo atacaba a las jóvenes más lascivas, los nobles acusaban a los gitanos pues decían que alguna de las bestias de su circo debía haber escapado.
Finalmente la bestia fue cazada y la leyenda cuenta que fue abatida con una bala de plata hecha tras fundir una medalla de la virgen. El monstruo fue llevado ante el Rey, más tarde fue embalsamado y años después sus restos desaparecieron. Era algo parecido a un lobo gigantesco de fauces enormes.
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