

Pero Vlad Dracul no es el protagonista de este capítulo, sino uno de sus descendientes, Vlad Draculea, del cual se presentan varios interrogantes sobre su nombre, ya que Drácula o Draculea, puede querer decir hijo del que posee la Orden del Dragón o también hijo de Dracul, que viene a ser hijo del diablo o dragón.Vino al mundo en 1430 en la localidad de Schassburg (Sighisoara), siendo el segundo vástago de Vlad Dracul.Vlad Draculea y su hermano Radu fueron rehenes del sultán Murat por motivos políticos (Draculea fue enviado como prisionero, a la edad de 13 años, al castillo de Egrigoz, fortaleza situada engre las montañas de Asia Menor). Se cuenta que allí pasaría cuatro años de su vida, de 1444 a 1448. Por aquella fecha Vlad Draculea es elevado a pretendiente del trono, al que llegó en 1456; dicho reinado se prolongó hasta 1462. Durante este tiempo, y según el obispo de Erlau, acabó con la vida de unas 10.000 personas. A pesar de haber subido al trono como Vlad III había sido apodado Tepes (el Empalador), debido a que el empalamiento era el castigo que principalmente utilizaba.Pero no todo eran combates y conquistas en la vida de Vlad Tepes, también abundan historias, entre las que destacan algunas realmente macabras. Hechos que ponían y ponen los pelos de punta porque, como comprobaremos a continuación, Tepes no dejaba la tortura y la muerte en los campos de batalla sino que las extendía allí por donde pasaba.Una de estas narraciones nos cuenta que, llegando la Pascua, Vlad quería estar durante las fiestas acompañado, siendo la asamble de boyardos la elegida para compartir con él los días de celebración. Estos aceptaron su invitación; se sirvió un banquete apetitoso y, en pleno festejo, Tepes dio comienzo a un juego de adivinanzas. Preguntó a los ingenuos boyardos a cuántos príncipes recordaban. Los viejos consiguieron rememorar unos 30 nombres, otros sólo 20 y los jóvenes únicamente pudieron mencionar 8. A continuación Vlad realizó otra pregunta, en esta ocasión les dijo que si no les parecían demasiados príncipes; pero para desgracia de los invitados la contestó e propio Tepes: "Es por culpa de vuestra infamia, que lo contamina todo". Acto seguido se suspendió la fiesta y la guardia personal de Vlad Draculea se presentó en el lugar. Los acontecimientos desembocaron en el empalamiento de los 500 boyardos congregados en aquella ocasión (otras fuentes informativas señalan que solamente fueron empalados los viejos y las mujeres, dejando a los jóvenes con vida para realizar trabajos forzados hasta que sus caros ropajes de Pascua se deshicieran).
Vlad consideraba a los mendigos una carga social puesto que no creaban beneficio alguno y, sin embargo, vivían del trabajo y los bienes de los habitantes de su país. Así pues, el príncipe valaco organizó un espléndido banquete al que fueron convidados todos aquellos que pedían limosna. Durante el evento, Vlad les preguntó si deseaban no tener más necesidades ni problemas; todos asintieron, siendo esa respuesta la que les sentenció, pues el voivoda no tardó en ordenar que se prendiera fuego al aposento donde se hallaban reunidos los mendigos, poniendo fin a la existencia de todos los invitados (algunos señalaban que en este incidente las víctim

A veces, Drácula demostraba tener un sentido del humor bastante negro. Un noble que estaba cenando con él entre sus víctimas empaladas no podía soportar el olor de los cuerpos en descomposición, y se tapó la nariz con la mano. Drácula se percató de esa imperdonable falta de educación y le preguntó por qué se tapaba la nariz, a lo que el noble respondió que no podía soportar la pestilencia de los cadáveres putrefactos. "Muy bien -replicó el voivoda-, voy a resolver tu problema". Mandó traer una estaca muy alta y ordenó que empalaran a su invitado en ella, con lo que elhombre clavado en la estaca quedó muy por encima de las otras víctimas. "¡Ya está! -le gritó Draculea-. Ahora estás suspendido entre las brisas más frescas y limpias, y ya no tienes que sorportar la pestilencia de estos cadáveres que se pudren aquí abajo".
En otra ocasión, Drácula mandó colocar una hermosa copa de oro en un sitio muy visible junto a un arroyo de agua fresca, y muchas personas la cogieron para beber agua en ella. Cada persona devolvió la copa obedientemente a su sitio después de haber bebido, nadie se atrevió a robarla porque todos sabían que Drácula haría empalar al ladrón inmediatamente. Drácula no quería tener alrededor ningún heredero que pudiera desafiar su poder absoluto. En una ocasión que estaba de muy mal humor, su amante cometió la imprudencia de creer que podría anamiarle diciéndole que estaba embarazada porque daba por sentado que Drácula se alegraría de oír esa buena noticia. Drácula no se alegró. "No puede ser", le dijo, cogió una cuchillo y la abrió y la abrió en canal para que "todo el mundo pudiera ver dónde se encontraba su fruto". Como ya hemos mencionado Vlad Tepes estuvo como rehén durante cuatro años en manos de los turcos, pero el poco aprecio por la

El causante de que Drácula fuera capturado y encerrado en una celda de Budapest fue el rey húngaro Matías, quien dio esa orden no para castigarle por sus crueldades sino para ocultar sus propios pecados. Matías se había gastado las cuarenta mil monedas de oro que el papa Pío II le había confiado para que se las entregara a Drácula con el fin de que las utilizara en su cruzada contra los turcos. El rey ordenó redactar cartas falsas en las que Drácula juraba lealtad al sultán, y eso le permitió declararle traidor a la causa cristiana y le dio un pretexto para justificar el que se hubiera embolsado las cuarenta mil monedas de oro que habrían debido ir a parar a manos de Drácula.En 1476, Matías decidió volver a colocar a Dráculea en el trono del sur de Rumania. Durante una batalla con los turcos que tuvo lugar a finales de ese año, Vlad Tepes se puso el uniforme de un soldado turco para poder inspeccionar mejor el campo de batalla. Se encontró con unos cuantos soldados suyos, y se supone que éstos no le reconocieron a causa del disfraz turco y le dispararon flecha. Drácula mató a cinco o seis soldados con su lanza, pero la inferioridad numérica era abrumadora: los soldados dispararon más flechas y le mataron. Después le cortaron la cabeza y se la entregaron a los turcos como trofeo de victoria porque los soldados turcos seguían teniendo un miedo terrible al hombre a quien llamaban el "Príncipe Empalador". El sultán exhibió la cabeza de Drácula en las murallas del Castillo Topkapi de Estambul, pero el folklore rumano afirma que Drácula no llegó a morir, y que volverá a gobernar el país en tiempos de gran necesidad.
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