El doctor Mengele, el angel de la muerte

El Dr. Mengele es, quizá, el psicópata más famoso de toda la Segunda Guerra Mundial de entre todos los nazis, junto con Adolf Eichmann, el director logístico de la solución final donde perecieron seis millones de judíos.

Josef Mengele era el hijo mayor de una familia adinerada residente en el pueblo de Güznburg, a orillas del Danubio, dedicada a fabricar máquinas agrícolas. Nacido en 1911, a los 32 años llegó a Auschwitz como capitán y permaneció veintiún meses. Desde mayo de 1943 hasta enero de 1945. Doctorado en medicina y antropología, estaba obsesionado por la herencia y el estudio de las razas.

Se estima que alrededor de cuatrocientas mil almas, bebés, niños pequeños, mujeres jóvenes, madres, padres, abuelos, fueron enviados a la muerte. Su costumbre era golpear con su bastón y mandar a la izquierda a los que tenían que morir. Se llegó a conocer como el ángel de la muerte.

Mengele era un apasionado de Puccini, silbaba algunos compases de este compositor mientras elegía a sus víctimas para la cámara de gas. Un psicópata no tiene problemas en desarrollar su intelecto, los problemas los tiene en que considera a las personas como objetos, no tiene sentimientos.

Era especialmente cruel con los gemelos, unas 200 parejas de gemelos formaron parte de sus experimentos, que mató a 153 niños para realizar disecciones, que hizo quemar vivos a 300 niños en un fuego al aire libre. Muchas veces en los vagones en que se traía a los condenados quedaban cadáveres de madres con sus hijos aún vivos en los vagones, y Mengele ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería para que sirvieran de combustible. Más tarde cambió de actitud: permitió a las embarazadas dar a luz, y los bebes nacidos eran confiscados para ir a dar a una sala de experimentación en otro lugar del campo.

Prácticamente todos los experimentos de Mengele carecían de valor científico, pero fueron financiados por el gobierno nazi. Incluyeron, por ejemplo, intentos de cambiar el color de los ojos mediante la inyección de sustancias químicas en los ojos de niños, amputaciones diversas y otras cirugías brutales y, al menos en una ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue que las manos de los niños se infectaron gravemente). Las personas objeto de los experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir al experimento, fueron casi siempre asesinados para su posterior disección.

Mengele, tras la caída de los nazis, consigue escapar a Sudamérica, donde es protegido por simpatizantes nazis y por el dinero de su familia. Perecería ahogado en 1979, mientras se bañaba en una playa de Brasil, sin que durante todo mucho tiempo se supiera que el jubilado trágicamente muerto era el angel de la muerte. En 1999, a través del ADN se dictaminó que los restos de ese hombre pertenecían al doctor Mengele.